La fuerza de la costumbre
Un grupo de científicos introdujo cinco monos en una gran jaula. En el centro había una escalera y sobre ella un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para tomar una banana, los científicos lanzaban un chorro de agua helada sobre los otros cuatro que quedaban en el suelo.Después de que este episodio ocurriese varias veces, cada vez que un mono trataba de subir la escalera para alcanzar las bananas, los otros cuatro lo golpeaban. Pasados algunos días, ningún mono intentaba subir la escalera, a pesar de la tentación de ver las deliciosas bananas.Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos y metieron en la misma jaula otro que no había sido rociado con agua helada. Naturalmente, lo primero que hizo el mono nuevo fue dirigirse hacia la escalera para tomar las bananas. Apenas subió el primer peldaño, fue atacado salvajemente por los otros cuatro. Después de algunos intentos y reiteradas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no trató de subir más la escalera.Días más tarde, un segundo mono fue sustituido en la jaula y ocurrió lo mismo. Con la diferencia de que el primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza propinada al novato; de hecho, era el que más fuerte le pegaba. Poco después hubo un tercer cambio y se repitió el mismo proceso.Finalmente, los científicos habían sustituido a todos los monos veteranos que aún quedaban en la jaula. De este modo, quedó un grupo de cinco simios que, aunque nunca habían recibido un baño de agua helada, continuaban golpeando a aquel que intentase trepar las escaleras para llegar a las bananas.Si hubiera sido posible preguntar a algunos de los monos por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, muy probablemente la respuesta habría sido: "Las cosas siempre se han hecho así aquí..."
Como estos monos, las personas tendemos a aceptar las reglas de un grupo u organización sin preguntarnos porqué existen, a qué propósito responden, o qué beneficio traen. Las obedecemos por... la fuerza de la costumbre.
Un grupo de científicos introdujo cinco monos en una gran jaula. En el centro había una escalera y sobre ella un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para tomar una banana, los científicos lanzaban un chorro de agua helada sobre los otros cuatro que quedaban en el suelo.Después de que este episodio ocurriese varias veces, cada vez que un mono trataba de subir la escalera para alcanzar las bananas, los otros cuatro lo golpeaban. Pasados algunos días, ningún mono intentaba subir la escalera, a pesar de la tentación de ver las deliciosas bananas.Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos y metieron en la misma jaula otro que no había sido rociado con agua helada. Naturalmente, lo primero que hizo el mono nuevo fue dirigirse hacia la escalera para tomar las bananas. Apenas subió el primer peldaño, fue atacado salvajemente por los otros cuatro. Después de algunos intentos y reiteradas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no trató de subir más la escalera.Días más tarde, un segundo mono fue sustituido en la jaula y ocurrió lo mismo. Con la diferencia de que el primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza propinada al novato; de hecho, era el que más fuerte le pegaba. Poco después hubo un tercer cambio y se repitió el mismo proceso.Finalmente, los científicos habían sustituido a todos los monos veteranos que aún quedaban en la jaula. De este modo, quedó un grupo de cinco simios que, aunque nunca habían recibido un baño de agua helada, continuaban golpeando a aquel que intentase trepar las escaleras para llegar a las bananas.Si hubiera sido posible preguntar a algunos de los monos por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, muy probablemente la respuesta habría sido: "Las cosas siempre se han hecho así aquí..."
Como estos monos, las personas tendemos a aceptar las reglas de un grupo u organización sin preguntarnos porqué existen, a qué propósito responden, o qué beneficio traen. Las obedecemos por... la fuerza de la costumbre.
............... sirva esta historia como gracia y sin llegar a ser tan exagerado ya llega ese concierto final de curso donde cada uno de nosotros tiene ese minuto de gloria sobre el escenario y luego con mucha suerte en la red ..... y este es el cartel.
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